Las noches azuladas son las más excitantes. Así lo pensaba ella mientras peinaba sus cabellos. Con la mirada fija en su escote recordaba aquellos momentos de placer. Una y otra vez acarició su propio cuerpo, con el transcurrir de los segundos imaginó que sus manos eran las de él. Con la respiración agitada guardó el fuego entre sus piernas. Al borde de la locura pronunció un nombre al amanecer. Con los dedos dibujó la silueta de su amante. Tatuajes infinitos perdidos en el ayer.Sus labios como botones de rosa poco a poco se abrieron. Esparciendo el aroma que anidaba su ser. Instantes imposibles de luna llena. Magia clandestina de un eterno frenesí. Deseos limitados por la historia de un sólo tiempo. Ilusionista de momentos. Éxtasis sobre la piel.
Ausencia de gemidos. Presencia y ritmo. Poesía decifrada por la mente infiel.
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