La estación del ferrocarril luce vacía.Las manecillas del reloj se detienen. Al fondo del andén se esconde tu silueta en medio de una luz tenue. Camino lentamente y siento el ardor en mis mejillas. Mientras más avanzo más deseo estar en ti. Nuestras miradas se encuentran, nuestros labios se buscan. Tu aliento caliente baja y sube por mi cuello. Te sujeto despacio, separo tus piernas. Deslizo mi mano bajo tu falda. Acaricio tus muslos.Lamo mi dedo y lo introduzco en tus labios bajos. Juego lentamente con tu cuerpo mientras erizas mi ser. Con mi otra mano acaricio tus pechos y tus pezones. Siento tu piel estremecerse mientras me suplicas al oido que lo haga una vez más. Te acerco a mi sexo y te penetro despacio. Casi sin movernos. Percibo un fuego intenso cuando estoy dentro de ti. Eterna agonía de gemidos entrecortados. Respiración agitada. Estocada profunda. Lacivas caricias con la lengua. Explosión que te anuncias. Siento que me muero y que te mueres. Segundos interminables de ensoñación. Preparo mi semilla y la derramo en tus nalgas. Líquido que escurre y llega a tu interior. Culminación exquisita que me comes las ansias.Placer de una noche. Encuentro furtivo. Dolor sin castigo.Muerte en primavera. Amantes sin pudor.
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