Llegué buscando tu cuerpo.Dejé la puerta entreabierta.Eran las 11 y te esperé con fe.Dibujé mis deseos ocultos en nuestro rincón del desenfreno. Encendí dos velas. Fui despojando mi placer. Entraste silencioso a la casa. Tomaste mi mano y la llevaste a tu entrepierna.Caminamos juntos hacia mi habitación. Nos paramos frente a la ventana. Tu atrás de mi.Yo sintiendo tu calor. Acariciaste mis piernas, subiste a mis muslos. Mientras me besabas. Introduciste varios dedos en mi ser. Lento muy lento. Rápido y así sin detener.Entre respiraciones y palabras el sudor fue cubriendo mi cuerpo. Las gotas rodaban como joyas en mi piel.Sujetaste con fuerza mis caderas. Poco a poco empujaste tu arma punzante en mi humedad. Gemidos delirantes se escucharon por doquier. Separaste mis piernas y embestiste mi fortaleza. Lamiste cada uno de mis pechos. Endureciste mis pezones. Saliva por doquier.Cabalgaste mis veces por mis entrañas. Básame duro, gritaste varias veces. Lenguas fusionadas. Líquido blanquecino sin detener. Convulsionaste entre mis sábanas. Derramaste tu agua espesa por mi espalda. La esparciste en mis nalgas. Me bañaste sin ver.Era casi de madrugada y abandonaste mi muralla. Llegué buscando tu cuerpo. Llegaste buscando el mío. Eran casi las 11.Ambos morimos aquella vez....
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