En esas tardes templadas que invitan al vicio.
Bajo tu diminuta falda escondes tus labios rosados.
Entre esos vellos negros respira mi placer.
Sentado en mi viejo diván te imagino desnuda.
Mostrándome tu sexo abierto.
Con la vulva caliente...con tu coño apretado.
Con ese deseo ferviente por montarte en mí.
En silencio froto mi falo.
Con mis manos lo estiro y restriego.
Me masturbo pensando en tu cuerpo.
Me fricciono antes que llegues a cenar.
Con el pito grande te aguardo en la casa.
Mi sangre borbotea a profundidad.
Abres la puerta y observas mi falo.
Te excita verme duro.
Te arrodillas frente a mí.
Sin recato alguno lames mis muslos.
Bajas pausadamente por mis cojones.
Me cimbro con los toques de tu lengua.
Succionas la punta de mi bálano.
Dejas tu aliento en mí.
Así cachondos, te sujeto de las caderas.
Te subo a la mesa...aproximo mi pito a tu concha.
Me pierdo entre tu gruesa boca .
Ingiero y absorbo de tus jugos
Me aturdo de tu clítoris en un santiamén.
Me gusta el olor que habita entre tus piernas.
Cuando te vienes sobre mi cara.
Me provoca sorberte sin demora.
Me enciende que escurras por mi barbilla.
Me gusta el olor que exudas ahora.
Goce efímero y muerte.
Deleite y adiós.
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